ACEPTAR; es una palabra que con solo pronunciarla produce dolor, al menos para mí... y estoy segura de que no soy la única.
A lo largo de nuestra vida, vamos encontrando ciertos obstáculos que nos dificultan el llevar a cabo nuestros planes y expectativas. A veces, esos obstáculos se salvan y podemos permitirnos seguir nuestro rumbo tal y como lo habíamos planeado. Esto nos hace sentirnos satisfechos con nosotros mismos y, en cierto modo, se ve recompensado nuestro esfuerzo por encontrar la felicidad (aunque sólo sea en cualquier aspecto de nuestra vida).
Desgraciadamente, no siempre esos obstáculos se pueden salvar con el mismo éxito. No siempre nuestros planes salen como queremos, bien sea en el ámbito de la salud, académico, sentimental, profesional, etc, etc. Bien, ahí está una verdadera fuente de dolor. El no ver cómo las cosas salen como queremos y el hecho de que lo único que podemos hacer es aceptarlas, a pesar de la rabia y la impotencia que eso produce. Muchas veces, nunca llegamos a hacerlo, y nos rebelamos contra la vida de alguna manera. Y es que, es tan difícil aceptar...
Hace unos años, mi hermana me dijo "Madurar no es celebrar un éxito sino aprender a afrontar un fracaso". Y llevaba mucha razón. A veces, tenemos que ser humildes frente a la vida y no dejarnos acobardar o hundirnos por no conseguir lo que queremos (por supuesto, los casos de enfermedad son los más difíciles de aceptar). Lo que vengo a decir es que, tenemos que jugar las cartas que nos ofrece la vida, y potenciarlas al máximo. Tenemos que disfrutar de nuestros éxitos (ya que todo el mundo los merece) y aprender de esos "obstáculos" que vamos encontrando por el camino; algunas veces, de ellos es de los que más se aprende. Sólo así podremos ser más fuertes para AVANZAR, AVANZAR Y AVANZAR. Y es que, hay pocos éxitos que no hayan pasado por "fracasos" anteriormente.
A lo largo de nuestra vida, vamos encontrando ciertos obstáculos que nos dificultan el llevar a cabo nuestros planes y expectativas. A veces, esos obstáculos se salvan y podemos permitirnos seguir nuestro rumbo tal y como lo habíamos planeado. Esto nos hace sentirnos satisfechos con nosotros mismos y, en cierto modo, se ve recompensado nuestro esfuerzo por encontrar la felicidad (aunque sólo sea en cualquier aspecto de nuestra vida).
Desgraciadamente, no siempre esos obstáculos se pueden salvar con el mismo éxito. No siempre nuestros planes salen como queremos, bien sea en el ámbito de la salud, académico, sentimental, profesional, etc, etc. Bien, ahí está una verdadera fuente de dolor. El no ver cómo las cosas salen como queremos y el hecho de que lo único que podemos hacer es aceptarlas, a pesar de la rabia y la impotencia que eso produce. Muchas veces, nunca llegamos a hacerlo, y nos rebelamos contra la vida de alguna manera. Y es que, es tan difícil aceptar...
Hace unos años, mi hermana me dijo "Madurar no es celebrar un éxito sino aprender a afrontar un fracaso". Y llevaba mucha razón. A veces, tenemos que ser humildes frente a la vida y no dejarnos acobardar o hundirnos por no conseguir lo que queremos (por supuesto, los casos de enfermedad son los más difíciles de aceptar). Lo que vengo a decir es que, tenemos que jugar las cartas que nos ofrece la vida, y potenciarlas al máximo. Tenemos que disfrutar de nuestros éxitos (ya que todo el mundo los merece) y aprender de esos "obstáculos" que vamos encontrando por el camino; algunas veces, de ellos es de los que más se aprende. Sólo así podremos ser más fuertes para AVANZAR, AVANZAR Y AVANZAR. Y es que, hay pocos éxitos que no hayan pasado por "fracasos" anteriormente.
NOTA: Buscando por la red, encontré el sitio web de un profesor y conferenciante de la Universidad de Educación Enrique Guzmán y Valle (Perú): D. Nemesio Candioti. En ella, este profesor habla, entre otras cosas, de cómo el éxito y el fracaso vienen de la mano. Es un artículo muy positivo que me gustaría que leyérais. Estoy segura de que os va a gustar.
4 comentarios:
Sin expectativas no hay obstaculos. Creo que hay que librarse de las cadenas de las expectativas de los demás y de las propias sobre uno mismo. Sin expectativas no hay nunca decepciones, solo vivencias.
Te doy toda la razón, Sito.
Con el tiempo, estoy aprendiendo que no hay que crearse expectativas y que hay que vivir el momento. Así no hay decepciones, como dices. Ahora sólo hay que ponerlo en práctica;)
Gracias
En la película "Pequeña miss Sunshine" hay un diálogo muy bueno sobre este tema. A mi me gusta especialmete la última frase...
"- a veces, desearia poder dormir hasta los 18 años. Saltarme toda esta mierda. el instituto y todo lo demas. saltarmelo todo.
- ¿sabes quien es marcel proust?
- ¿es ese del que enseñas?
- si, un escritor frances, un autentico...fracasado. nunca tubo un trabajo, sus amores fueron un desastre, gay. Estuvo 20 años escribiendo un libro que ya casi nadie lee, pero quizas sea el mejor escritor desde shakespeare. en fin...el llego al final de su vida, echo la vista atras y decidio que todos esos años en los que sufrio fueron los mejores de su vida, porque le moldearon...¿los años de felicidad? perdidos...no aprendio nada. Asi que, si durmieras hasta los 18...ohHh...que cantidad de sufrimiento te ibas a perder. ¿el instituto? son tus mejores años de sufrimiento, en tu vida sufriras tanto.
- ¿sabes que? a la mierda estos concursos. La vida es un puto concurso de belleza detras de otro. El instituto, la universidad, luego el trabajo, a tomar por culo. y a la mierda la academia de pilotos. Si quiero volar, ya buscare el modo de hacerlo. hay que hacer lo que te gusta, y a la mierda todo lo demas."
Me ha alegrado mucho que te refirieras a "À la Recherche du Temps Perdu". Es un libro que nunca he leído pero por lo que sé de él me llama mucho la atención. Quizás todos deberíamos buscar ese "tiempo perdido" para descubrir que, en el fondo, ha sido el tiempo más aprovechado. Y es que, de todas las experiencias pueden verse como excusas para que nos vayamos formando en la vida.
Muchísimas gracias por reproducir parte del guión de la peli. Tiene una moraleja perfecta!
Publicar un comentario