jueves, 4 de octubre de 2007

El valor de las cosas


O lo que es peor...el valor de las personas. ¿Alguna vez nos hemos parado a pensar a qué nos referimos cuando decimos que una persona vale mucho? ¿O que algo tiene un valor especial para nosotros? Este es un tema que tengo bien presente desde hace algún tiempo. Y realmente me preocupa.

¿Por qué sentimos que tenemos más valor cuando alguien nos quiere y por el contrario, sentimos algo completamente opuesto cuando ese alguien no lo hace? Nos pasamos la vida buscando que los demás nos valoren, que no es otra cosa que la búsqueda de la aceptación del resto, pero no nos damos cuenta de que a veces esa felicidad que intentamos encontrar depende de algo enormemente relativo.

En primer lugar, tenemos que hablar de la "escala de valores" de cada uno, que, como dicen McKay y Fanning, está muy influenciada por nuestra cultura. Alguien puede tener valor por su bondad, su arte, su poder adquisitivo, su poder de convicción, sus méritos académicos, etc. Así que, deberíamos hablar, más bien, de "tipos de valores".

Al mismo tiempo, una misma persona, o una misma cosa, puede tener un valor inmenso para una persona y no tener el más mínimo valor para otra. O, lo que es más, la percepción de esa cosa o persona, ese valor dado, puede cambiar con el tiempo a ojos de la misma persona. ¡Qué más claro ejemplo que los cuadros de Van Gogh, que años después de la muerte de su creador adquirieron un valor que ni él mismo hubiera imaginado! ¿No resulta paradójico que el valor de una misma cosa sea tan variable? Todo esto me lleva a pensar que no podemos confiar en el valor que se le da a las cosas y que procede del exterior.

Por otro lado, tampoco me convence la idea de que el valor proviene del interior; es decir, que uno vale lo que piensa que vale, ya que hay mucha gente que puede sufrir complejos de inferioridad, o de superioridad, y esto distorsiona enormemente la percepción de ese supuesto valor que tenemos.

Me gustaría llegar a una conclusión con este tema, pero la verdad es que aún estoy trabajando en ello. Quiero pensar que todos tenemos un valor por el mero hecho de existir (como explicaban estos autores a los que me refería anteriormente) y que cada uno tiene que sacar el máximo potencial de sí mismo, sin importar el valor que pueda venir del exterior o incluso del interior porque, al fin y al cabo, este valor no tiene cimientos lo suficientemente sólidos como para poder depender de él.

Y ahora es vuestro turno, decidme lo que opináis ya que estoy muy interesada en este tema. Mil gracias.

10 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Nata! La verdad es q creo q lo del sentido del valor de las cosas o personas es algo que tenemos presentes cada día e incluso inconscientemente lo aplicamos, es decir, somos nosotros mismos los que intentamos darles valor en función de los distintos tipos de valores que pueden haber según la escala de uno mismo. Pero realmente creo q las cosas/personas tienen un valor propio, y con el tiempo, aunque ese valor esté disfrazado con ciertos comportamientos, al final se descubre.

Natalia dijo...

¡Llevas mucha razón! Creo que las cosas tienen un valor propio, pero ese valor se percibe de forma diferente a través del cristal de cada uno. Muchas gracias, Cris.

Natalia dijo...

Ahhh! Y también tienes razón con lo de ese valor esté disfrazado. Sobretodo si una persona no se atreve a mostrarse como realmente es...

Natalia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
sito dijo...

Para Bucay, si uno tiende a sentirse inferior a los demás, debería dejar de creerse superior a otros. Sentirse inferior o superior son dos caras de la misma moneda. Si uno se siente inferior a otros es porque cree que hay gente superior. En estos casos, asegura, uno intenta compararse con los demás para dejar de vivir la vida, cuando en realidad lo que hay que hacer es elegir el propio rumbo y recorrerlo con consecuencia, perseverancia y energía. “Hace falta mojarse y tomar algún riesgo, porque vincularse con los otros es un riesgo”.

Natalia dijo...

Yo también creo que sentirse inferior o superior son dos caras de la misma moneda. De hecho, siempre he creído que "las comparaciones son odiosas" aunque a veces no sea fácil evitarlas. Lo ideal es que, como dices, cada uno viva su vida sin importar si los demás hacen algo que tú consideres mejor o peor que lo tuyo. Al fin y al cabo, cada uno tiene que centrarse en su rumbo sin compararse con el resto del mundo.
Muchas gracias, Sito.

Phil dijo...

Hallo Natalia,

Buenos días. Me gusta contribuir a vuestra “conferencia virtual” sobre un tema filosófico.
Comparto todas las opiniones presentadas.
En cuanto al valor de las cosas pienso que un objeto engloba un valor polifacético, él que le atribuimos nostros mísmos y él que le atribuyen los demás.
El carácter de tal valor atribuido varía depende de cada persona. Unos rasgos del valor pueden ser el valor pragmático y estético. El valor de una cosa solamente se discubre en la alianza con el hombre porque el mero pensamiento en élla le confiere el valor de existencia.
A veces basta un cambio de la perspectiva para lograrlo.
El valor de una cosa también está estrechamente vinculado al análisis con élla conscientemente y con una mente lúcida. Ésto significa que hay que tomar una posición clara, formular una opinión ante cada cosa con la pregunta inherente a cada ser humano, el porqué.
Einstein constató que nunca se debiera para de hacer preguntas.

Natalia dijo...

Hallo Phil!

Sin duda, este comentario le da aún más "valor" a este blog;)

Vielen Dank!

Jm dijo...

Hola Natalia, pienso que las cosas solo son cosas y no tienen valor por sí mismas. En cuanto a las personas, solemos valorarlas por datos más o menos objetivos como la inteligencia, el talento la presencia física, etc. Cuando en realidad opino que el valor real de una persona solo puede ser valorado o medido por otra desde el afecto. Solo se valora realmente a una persona si se sabe ver más allá de esos datos objetivos y que no son más que un envoltorio. En cuanto a esa valoración afectiva no creo que pueda explicarse o medirse, aunque a veces lo intentemos (“aprecio a esa persona por...”), sino que es en gran parte irracional y por eso es autentica. Pero solo es una opinión...

Natalia dijo...

Pues es una opinión muy buena...Es verdad que, en la mayoría de las ocasiones, no tenemos una manera racional de explicar porqué valoramos, o porqué queremos (ya que aquí nos vamos acercando al tema del amor) a una persona. Es algo irracional y que deja de lado todos esos valores objetivos de los que hablabas.
Muchas gracias, Juanma.